Ayer Mourinho compareció antes los medios en rueda de prensa.
Las declaraciones más sonadas han sido que cuenta con Kaká y que, en cambio, no lo hará con Drenthe, Pedro León y Gago. También afirma que si Lass se queda, será una de sus opciones.
Ahí voy:
domingo, 28 de agosto de 2011
jueves, 25 de agosto de 2011
¿Mourinho castiga a Casillas?
Queridos amigos, estoy que no paro.
Hoy no pensaba escribir nada pero he escuchado algo que ya me ha revuelto las tripas. Seré breve, lo prometo, pero tenía que decirlo.
En mi anterior entrada bromeaba con un lector porque le comentaba que si no hablaba de Mou, poca gente comentaba las entradas. Parece que el problema no es sólo mío, sino de toda la prensa deportiva.
Así que hoy me encuentro con un titular que pone: Mou castiga a Casillas.
Hoy no pensaba escribir nada pero he escuchado algo que ya me ha revuelto las tripas. Seré breve, lo prometo, pero tenía que decirlo.
En mi anterior entrada bromeaba con un lector porque le comentaba que si no hablaba de Mou, poca gente comentaba las entradas. Parece que el problema no es sólo mío, sino de toda la prensa deportiva.
Así que hoy me encuentro con un titular que pone: Mou castiga a Casillas.
martes, 23 de agosto de 2011
Mourinho me ha pedido perdón.
Para que nadie se me vuelva a echar encima, reitero que la actuación de José Mourinho en la final de la Supercopa fue penosa y que como seguidora del buen fútbol y, ante todo, madridista que soy, me decepcionó mucho.
Pero hoy, dándole en las narices a aquellos que lo odian desde que se hizo su presentación en la sala más grande del club blanco, estando en ese momento todavía sin razones para ese odio, me ha pedido perdón. Hace una hora.
Sí, a mí y a todos los madridistas, sólo a ellos. Pide perdón por su comportamiento y su actitud, repito, sólo al madridismo, apelando a su incapacidad para afrontar la hipocresía.
Él sabe, yo sé, que eso no cambia nada. O quizás sí. Ayer criticaba en este blog la injusticia que me parece que se culpe a los futbolistas y al club por algo que ha hecho su entrenador. Es posible que cambie ese argumento que ayer algún lector me exponía en el cual decía que
Pero hoy, dándole en las narices a aquellos que lo odian desde que se hizo su presentación en la sala más grande del club blanco, estando en ese momento todavía sin razones para ese odio, me ha pedido perdón. Hace una hora.
Sí, a mí y a todos los madridistas, sólo a ellos. Pide perdón por su comportamiento y su actitud, repito, sólo al madridismo, apelando a su incapacidad para afrontar la hipocresía.
Él sabe, yo sé, que eso no cambia nada. O quizás sí. Ayer criticaba en este blog la injusticia que me parece que se culpe a los futbolistas y al club por algo que ha hecho su entrenador. Es posible que cambie ese argumento que ayer algún lector me exponía en el cual decía que
lunes, 22 de agosto de 2011
Vuelta de la Supercopa. 3-2
Aquí hay tomate.
Esta vez he tardado en comentar la vuelta de la Supercopa porque me encontraba en Barcelona. Sí, fui a ver el partido al Camp Nou y ya aproveché para unas pequeñas vacaciones. Aunque, creedme, lo estaba deseando. Pero bueno, vamos por partes.
Fue un partidazo, futbolísticamente hablando. Digno de ver. Sobre todo para un madridista ver en el campo contrario este partido era increíble ya que, despues de ver a un Camp Nou volcado en animar a su equipo y en desmerecer al contrario, algo que pasa en cualquier estadio, es aun más alucinante cuando es un clásico. Pero lo mas divertido era ver la continua presión que el Real Madrid le hacía al Barcelona y sentirte el único entre miles de personas, animando al Real Madrid. Mientras el Barcelona contaba con la posesión del balón, el estadio se volvía ensordecedor, convirtiéndose esos gritos de ánimo en pitidos cuando el Real Madrid robaba el balon y en un completo y sepulcral silencio cuando el Madrid entraba en el área. A su vez, tambien era triste cuando todo el estadio celebraba los goles del Barça, regocijándose en tu miseria. Pero, como he dicho, vaya partidazo. Los dos equipos estuvieron a la altura de la circunstancias en cuanto a fútbol, muy igualados, con jugadas mágicas, haciendo gala de su nombre y de su fama. Podría haber ganado cualquiera de los dos equipos, aunque finalmente por un gol de Messi en el minuto 87 el partido se vio sentenciado a favor del Barcelona. Hubiese sido un partido para la historia por el buen fútbol que se pudo ver, por ser un duelo de titanes en el que los dos equipos jugaron de tal manera que apenas había nada que reprochar. Pudo ser así, pero tristemente no se recordará por eso.
Aquí viene el segundo comentario del partido, el que no habla de ese bonito fútbol.
Esta vez he tardado en comentar la vuelta de la Supercopa porque me encontraba en Barcelona. Sí, fui a ver el partido al Camp Nou y ya aproveché para unas pequeñas vacaciones. Aunque, creedme, lo estaba deseando. Pero bueno, vamos por partes.
Fue un partidazo, futbolísticamente hablando. Digno de ver. Sobre todo para un madridista ver en el campo contrario este partido era increíble ya que, despues de ver a un Camp Nou volcado en animar a su equipo y en desmerecer al contrario, algo que pasa en cualquier estadio, es aun más alucinante cuando es un clásico. Pero lo mas divertido era ver la continua presión que el Real Madrid le hacía al Barcelona y sentirte el único entre miles de personas, animando al Real Madrid. Mientras el Barcelona contaba con la posesión del balón, el estadio se volvía ensordecedor, convirtiéndose esos gritos de ánimo en pitidos cuando el Real Madrid robaba el balon y en un completo y sepulcral silencio cuando el Madrid entraba en el área. A su vez, tambien era triste cuando todo el estadio celebraba los goles del Barça, regocijándose en tu miseria. Pero, como he dicho, vaya partidazo. Los dos equipos estuvieron a la altura de la circunstancias en cuanto a fútbol, muy igualados, con jugadas mágicas, haciendo gala de su nombre y de su fama. Podría haber ganado cualquiera de los dos equipos, aunque finalmente por un gol de Messi en el minuto 87 el partido se vio sentenciado a favor del Barcelona. Hubiese sido un partido para la historia por el buen fútbol que se pudo ver, por ser un duelo de titanes en el que los dos equipos jugaron de tal manera que apenas había nada que reprochar. Pudo ser así, pero tristemente no se recordará por eso.
Aquí viene el segundo comentario del partido, el que no habla de ese bonito fútbol.
martes, 16 de agosto de 2011
Segunda Guerra Púnica.
Barcelona vs Real Madrid; Cartago vs Roma.
Aníbal se sentía en la obligación de doblegar a Roma. Roma, una gran República que contaba con la mayor parte del mundo mediterráneo y con años de conquistas que le avalaban. Aníbal, cartaginés, no podía soportar tal cosa. Quería seguir con la idea de su padre, muerto en una batalla de poca monta contra un pueblo íbero a orillas del Tajo. Quería doblegar Roma. Con apenas parte de Hispania y parte de África, no quería estar a la sombra de los romanos, siempre ganando batallas, cada vez con más territorios. Hizo algo increíble: les declaró la guerra y fue desde Iberia a Italia, a pie, cruzando los Pirineos y los Alpes con elefantes. Durante numerosos años estuvo en tierra itálica, ganando batallas como un gran estratega que era. Pero no lograba vencer a Roma del todo, la gran Roma. Aún así, contaba con ventaja. Ganó a los romanos numerosas batallas, acabó con varios cónsules y asedió ciudades. Así estuvo largos años.
Mientras, un patricio romano se iba formando en el arte de la guerra, luchando bajo el mando de otros para expulsar al cartaginés y terminó convirtiéndose en aquel que logró vencerle, pues al final él fue el que llevó las legiones de Roma, algo que buscó durante mucho tiempo.
Se llamaba Publio Cornelio Escipión. Le llamaban Africanus, porque decidió que lo mejor era vencerle en su campo, en África. Además contaba con un fiel oficial, Lelio, un gran amigo el cual apoyaba ciegamente las a veces disparatadas ideas de su general. Confiaba en él y, en muchas ocasiones daba la cara por su superior y amigo.
Africanus comenzó siendo benevolente aunque era un gran estratega. Pero por problemas con el senado tuvo que recurrir a dos legiones olvidadas, las Legiones Malditas las llamaban. Por eso, tuvo que convertirse en un general duro, poco compasivo a veces. Decía que cualquier muestra de debilidad por su parte convertiría en débiles a sus hombres. Tuvo por tanto que parecer arrogante, que luchar contra sus superiores, el propio senado y, a veces, contravenir sus decisiones. Muchos se esforzaban en poner al pueblo en su contra y aunque en un principio fue así, poco a poco el pueblo se dio cuenta del gran general con el que contaban, de su valentía, de su estrategia, mas allá de su aparente arrogancia.
Una increíble historia en la que Aníbal estuvo a punto de conquistar Roma, de vencerla, de acabar con su poder, con su historia. Pero Roma, era Roma. Aún las estrategias de esta guerra, tanto de un bando como de otro se siguen estudiando en las academias militares.
Os cuento esta historia porque viene como anillo al dedo.
Muchos se pasaron al bando cartaginés, por miedo, por dinero, por poder. Pero Roma era el gran Imperio. La gran Roma. Pasaron años de sufrimiento, pero finalmente venció, como siempre hacía. Y todo, gracias a Escipión, a Africanus. Su estrategia fue confundirles, y vencerles en su territorio, en África. Y les venció.
Me recuerda mucho este Africanus a nuestro amigo Mou. Que así sea.
Aníbal se sentía en la obligación de doblegar a Roma. Roma, una gran República que contaba con la mayor parte del mundo mediterráneo y con años de conquistas que le avalaban. Aníbal, cartaginés, no podía soportar tal cosa. Quería seguir con la idea de su padre, muerto en una batalla de poca monta contra un pueblo íbero a orillas del Tajo. Quería doblegar Roma. Con apenas parte de Hispania y parte de África, no quería estar a la sombra de los romanos, siempre ganando batallas, cada vez con más territorios. Hizo algo increíble: les declaró la guerra y fue desde Iberia a Italia, a pie, cruzando los Pirineos y los Alpes con elefantes. Durante numerosos años estuvo en tierra itálica, ganando batallas como un gran estratega que era. Pero no lograba vencer a Roma del todo, la gran Roma. Aún así, contaba con ventaja. Ganó a los romanos numerosas batallas, acabó con varios cónsules y asedió ciudades. Así estuvo largos años.
Mientras, un patricio romano se iba formando en el arte de la guerra, luchando bajo el mando de otros para expulsar al cartaginés y terminó convirtiéndose en aquel que logró vencerle, pues al final él fue el que llevó las legiones de Roma, algo que buscó durante mucho tiempo.
Se llamaba Publio Cornelio Escipión. Le llamaban Africanus, porque decidió que lo mejor era vencerle en su campo, en África. Además contaba con un fiel oficial, Lelio, un gran amigo el cual apoyaba ciegamente las a veces disparatadas ideas de su general. Confiaba en él y, en muchas ocasiones daba la cara por su superior y amigo.
Africanus comenzó siendo benevolente aunque era un gran estratega. Pero por problemas con el senado tuvo que recurrir a dos legiones olvidadas, las Legiones Malditas las llamaban. Por eso, tuvo que convertirse en un general duro, poco compasivo a veces. Decía que cualquier muestra de debilidad por su parte convertiría en débiles a sus hombres. Tuvo por tanto que parecer arrogante, que luchar contra sus superiores, el propio senado y, a veces, contravenir sus decisiones. Muchos se esforzaban en poner al pueblo en su contra y aunque en un principio fue así, poco a poco el pueblo se dio cuenta del gran general con el que contaban, de su valentía, de su estrategia, mas allá de su aparente arrogancia.
Una increíble historia en la que Aníbal estuvo a punto de conquistar Roma, de vencerla, de acabar con su poder, con su historia. Pero Roma, era Roma. Aún las estrategias de esta guerra, tanto de un bando como de otro se siguen estudiando en las academias militares.
Os cuento esta historia porque viene como anillo al dedo.
Muchos se pasaron al bando cartaginés, por miedo, por dinero, por poder. Pero Roma era el gran Imperio. La gran Roma. Pasaron años de sufrimiento, pero finalmente venció, como siempre hacía. Y todo, gracias a Escipión, a Africanus. Su estrategia fue confundirles, y vencerles en su territorio, en África. Y les venció.
Me recuerda mucho este Africanus a nuestro amigo Mou. Que así sea.
lunes, 15 de agosto de 2011
Ida de la Supercopa.
Perdónenme, pero no aguanto y tengo que decirlo. Ahí va: Estamos hartos de los árbitros y de los periodistas.
Os diré por qué y os expondré de la mejor manera posible mi opinión, no vaya a ser que alguien diga que nos escudamos en "lo de siempre".
Es que "lo de siempre" quizás no son excusas, si no realidades. Empezaré por lo primero, los árbitros. Ya no voy a hablar de los cuatro clásicos primaverales en los que, tras ganar la Champions, todos los culés reían diciendo "¿Los árbitros no?". Ya no voy a hablar más de eso, a pesar de que contrario a lo que muchos creen, tanto a culés, aunque no quiera reconocerlo, como a madridistas no nos hizo falta esa más que repetida y repetida y ¡por Dios! repetida hasta la saciedad comparecencia antes los medios que a Mou le ha costado unos cuantos partidos de sanción sentenciados por la UEFA (casualmente una manita, mira tú por donde). Si, esa de los porqués, para los que hayan estado en Babia los últimos cuatro meses. Pues lo que estaba diciendo: no nos hizo falta que nos lo dijera Mourinho para ver el cachondeo que ahí había.
Pero bueno, yo quiero hablar del árbitro de ayer. El de la ida de la Supercopa. El del primer partido oficial de esta temporada. El del primer clásico. El del primer título. En absoluto voy a decir que esos dos goles del Barcelona fueran injustos, como alguno sí que lo fue en su día. No, de eso hablaré luego.
2-2 fue el resultado. El Sport dice "un merecidísimo empate". Já.
Bien, voy a centrarme porque se me amontonan las ideas, o las quejas, o la desesperación. Porque ésto ya es desesperante, oiga. Dos penaltis claros a favor de los blancos que no pitó el señor árbitro. El primero, una mano que algunos defienden como que hay muchas maneras de interpretar las manitas. Vaya, hombre. Eso me pareció a mí porque creo que recordar que al Madrid sí que le pitaron alguna que otra, y eso que ellos no estaban dentro del área. Pero en fin, interpretaciones. Otros dirán " a Pedro no le pitaron el penalty ". Pues dos cositas, para los que dicen eso; una es que no estoy segura de que eso fuera penalty, y la segunda es que ¡sólo faltaba!. El Bernabéu se hubiera tirado encima del gallego. Pero bien, démosle mayor ventaja aún a los culés, y digamos que lo fue. Todavía me quedan balas en la recámara. ¿Y Valdés?. Reconozco que en un principio este blog se hizo con el fin de, a pesar de hablar de Mourinho y el Real Madrid, ser lo más objetivos posible. Pero es que, hoy, no puedo. Esto me supera. Ay, Victítor... nunca me has gustado. Lo reconozco, nunca me has gustado nada. Te quejabas hace unos meses de lo guarros que eran los jugadores de tu eterno rival. Pero tío, qué cara tienes. Recuerdo a Busquets, lo bien que me caía. ¡Cómo me decepcionó esa estratagema sucia que hiciste! Reconózcanlo, todos sabemos de cual hablamos, todos la vimos hace unos meses, esas manitas a la cara. En cambio la de Alves sí me la esperaba. Él es así. Ustedes dirán, "es que Pepe...es que Pepe." Pepe es duro sí. Hace unas entradas en las que no mide la fuerza, cierto. Que partiría piernas, vaya. Pero fijénse, un dato curioso: Pepe aún no ha lesionado a nadie. El caso es que, sea duro o no, fuera falta o no, que lo fue, en concreto ayer ya que no quiero recordar la anterior de primavera aunque muchos periodistas se esfuerzan en compararlo, Alves una vez más se inclinó por el teatrillo. ¿Y saben qué les digo? Me alegro que esa falta Pepe se la cometiera a Alves, para que el brasileño pruebe de su propia medicina.
Perdonen, me estoy dispersando. Yo quería hablar de Valdés y terminé haciéndolo de Busquets, de Pepe y de Alves. Valdés, eso. Vaya tío ¿eh?. Culé hasta la muerte, eso está bien, sentir tus colores por que sino, ¿qué nos queda?. Pero tío, te quedaste a gusto. Luego no te quejes de guarradas porque lo que tú haces no es moco de pavo. Vaya penalty... yo, te hubiera expulsado. Por... poco limpio, seamos finos.
Bueno, eso en cuanto a penaltys, pero el árbitro no se quedó corto el resto del partido. Era desquiciante. Pero bueno, como yo digo, árbitros hay en todos los partidos y siempre hay alguien que sale favorecido así que voy a dejarlo ya tranquilo, pero no por nada, si no porque es gallego y ayer mismo me encontraba en ese precioso recodo verde del noroeste español.
Vale, vayamos al siguiente punto: los periodistas.
Me da rabia, pero os convertís en odiosos. Es por vuestra culpa por lo que un día se alaba a un equipo, y al día siguiente lo hundís. Metijosos. Toda la vida aclamando al Real Madrid y en dos temporadas ya lo estábais poniendo como si fuera de Segunda B. Parece que quedar los segundos en liga, llegar a semifinales de Champions, y ganar la Copa del Rey es una vergüenza. No estaba yo al tanto. De la misma manera, porqué no decirlo, después de estar alabando al Barcelona como si fueran dioses romanos, hablando de ellos como el mejor equipo del mundo, que que yo sepa en unas cuantas temporadas eso no se puede decir ya que, si no, hubiéramos tenido varios mejores equipos del mundo, tanto en la Premier como en la Bundesliga o la Calcio. Y en cuanto el Madrid ha ganado unos cuantos partidos de pretemporada ya empezasteis a poner en duda a vuestro nuevo Dream Team. Eso sí, habéis ayudado mucho y aportado ideas a nuestro amigo Pep y sus secuaces, que no tenían otra cosa que decir que "es que no estábamos rodados...", mamá. ¿No os jactáis de ser el mejor equipo del mundo? Eso sí, siempre con modestia, Pep, de eso ya no nos cabe duda. Aunque cansa, te advierto.
Volviendo al tema periodístico... bien, es cierto que el madridismo es exigente pero, vosotros habéis hecho que sean impacientes. Muy impacientes. Habéis hecho que Mourinho se convierta en odioso para la gran mayoría cuando, si bien no deja de ser arrogante en numerosas ocasiones, no han dejado de serlo incontables entrenadores bien conocidos en todas las ligas futbolísticas. Pero tenéis a Mou entre ceja y ceja. Y a Cris. A todos.
En cambio, todo es muy distinto con Messi. Por poner un ejemplo eh, que nadie se me tire encima. Es un grandísimo jugador, no lo dudo. Es de los mejores del mundo, tampoco estoy en desacuerdo. Quizás pueda que hasta en ocasiones, haya sido el mejor, sí. Pero no nos pasemos. Y digo esto porque, ayer, ya me eché a reír. Resulta que ayer, que si bien es verdad que el Madrid tenía a unos fantásticos centrales que impedían que apenas Messi pudiera entrar en campo contrario, tampoco es que él hiciera mucho por conseguirlo. Que no estuvo especial, vaya. Mágico, como vosotros decís. Y aquí viene lo bueno, lo tronchante. Resulta que, tras un rechace, coge el baloncito (que por cierto, otra excusa de Pep fue que el balon parecía de playa, y yo digo, ¿Eso es lo que para al "Mejor equipo del mundo"?) y mete su gol. Su gol que lo podría haber metido cualquier jugador de 2ª regional, pero al fin y al cabo, un gol. Y entonces es cuando escucho "aquí hemos visto al hombre del partido". Vamos no me fastidies. Manda narices la cosa de estos mercenarios llamados periodistas.
En fin, esto es todo. Me he despachado bien, y aunque algunos no estén de acuerdo, aunque haya sido excesivamente dura... no me digáis que el resultado fue justo, por favor. Fue un Madrid excelente, cómplice, con posesión casi absoluta y con unos más que cuantos tiros a puerta. Falló la puntería, sí. Pero el Barcelona tuvo dos tiros a puerta en la primera parte y los dos fueron gol. No me digáis que estaba igualado y que fue justo. ¿Por qué lo fue? Porque ¿ganó la Champions? Este es otro partido, amigos. Y otra temporada. Menos mal que no sólo se juegan clásicos y que la justicia se ve por otro lado.
Un saludo a todos, y para aquellos que se hayan sentido heridos solo decirles que perdonen nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Os diré por qué y os expondré de la mejor manera posible mi opinión, no vaya a ser que alguien diga que nos escudamos en "lo de siempre".
Es que "lo de siempre" quizás no son excusas, si no realidades. Empezaré por lo primero, los árbitros. Ya no voy a hablar de los cuatro clásicos primaverales en los que, tras ganar la Champions, todos los culés reían diciendo "¿Los árbitros no?". Ya no voy a hablar más de eso, a pesar de que contrario a lo que muchos creen, tanto a culés, aunque no quiera reconocerlo, como a madridistas no nos hizo falta esa más que repetida y repetida y ¡por Dios! repetida hasta la saciedad comparecencia antes los medios que a Mou le ha costado unos cuantos partidos de sanción sentenciados por la UEFA (casualmente una manita, mira tú por donde). Si, esa de los porqués, para los que hayan estado en Babia los últimos cuatro meses. Pues lo que estaba diciendo: no nos hizo falta que nos lo dijera Mourinho para ver el cachondeo que ahí había.
Pero bueno, yo quiero hablar del árbitro de ayer. El de la ida de la Supercopa. El del primer partido oficial de esta temporada. El del primer clásico. El del primer título. En absoluto voy a decir que esos dos goles del Barcelona fueran injustos, como alguno sí que lo fue en su día. No, de eso hablaré luego.
2-2 fue el resultado. El Sport dice "un merecidísimo empate". Já.
Bien, voy a centrarme porque se me amontonan las ideas, o las quejas, o la desesperación. Porque ésto ya es desesperante, oiga. Dos penaltis claros a favor de los blancos que no pitó el señor árbitro. El primero, una mano que algunos defienden como que hay muchas maneras de interpretar las manitas. Vaya, hombre. Eso me pareció a mí porque creo que recordar que al Madrid sí que le pitaron alguna que otra, y eso que ellos no estaban dentro del área. Pero en fin, interpretaciones. Otros dirán " a Pedro no le pitaron el penalty ". Pues dos cositas, para los que dicen eso; una es que no estoy segura de que eso fuera penalty, y la segunda es que ¡sólo faltaba!. El Bernabéu se hubiera tirado encima del gallego. Pero bien, démosle mayor ventaja aún a los culés, y digamos que lo fue. Todavía me quedan balas en la recámara. ¿Y Valdés?. Reconozco que en un principio este blog se hizo con el fin de, a pesar de hablar de Mourinho y el Real Madrid, ser lo más objetivos posible. Pero es que, hoy, no puedo. Esto me supera. Ay, Victítor... nunca me has gustado. Lo reconozco, nunca me has gustado nada. Te quejabas hace unos meses de lo guarros que eran los jugadores de tu eterno rival. Pero tío, qué cara tienes. Recuerdo a Busquets, lo bien que me caía. ¡Cómo me decepcionó esa estratagema sucia que hiciste! Reconózcanlo, todos sabemos de cual hablamos, todos la vimos hace unos meses, esas manitas a la cara. En cambio la de Alves sí me la esperaba. Él es así. Ustedes dirán, "es que Pepe...es que Pepe." Pepe es duro sí. Hace unas entradas en las que no mide la fuerza, cierto. Que partiría piernas, vaya. Pero fijénse, un dato curioso: Pepe aún no ha lesionado a nadie. El caso es que, sea duro o no, fuera falta o no, que lo fue, en concreto ayer ya que no quiero recordar la anterior de primavera aunque muchos periodistas se esfuerzan en compararlo, Alves una vez más se inclinó por el teatrillo. ¿Y saben qué les digo? Me alegro que esa falta Pepe se la cometiera a Alves, para que el brasileño pruebe de su propia medicina.
Perdonen, me estoy dispersando. Yo quería hablar de Valdés y terminé haciéndolo de Busquets, de Pepe y de Alves. Valdés, eso. Vaya tío ¿eh?. Culé hasta la muerte, eso está bien, sentir tus colores por que sino, ¿qué nos queda?. Pero tío, te quedaste a gusto. Luego no te quejes de guarradas porque lo que tú haces no es moco de pavo. Vaya penalty... yo, te hubiera expulsado. Por... poco limpio, seamos finos.
Bueno, eso en cuanto a penaltys, pero el árbitro no se quedó corto el resto del partido. Era desquiciante. Pero bueno, como yo digo, árbitros hay en todos los partidos y siempre hay alguien que sale favorecido así que voy a dejarlo ya tranquilo, pero no por nada, si no porque es gallego y ayer mismo me encontraba en ese precioso recodo verde del noroeste español.
Vale, vayamos al siguiente punto: los periodistas.
Me da rabia, pero os convertís en odiosos. Es por vuestra culpa por lo que un día se alaba a un equipo, y al día siguiente lo hundís. Metijosos. Toda la vida aclamando al Real Madrid y en dos temporadas ya lo estábais poniendo como si fuera de Segunda B. Parece que quedar los segundos en liga, llegar a semifinales de Champions, y ganar la Copa del Rey es una vergüenza. No estaba yo al tanto. De la misma manera, porqué no decirlo, después de estar alabando al Barcelona como si fueran dioses romanos, hablando de ellos como el mejor equipo del mundo, que que yo sepa en unas cuantas temporadas eso no se puede decir ya que, si no, hubiéramos tenido varios mejores equipos del mundo, tanto en la Premier como en la Bundesliga o la Calcio. Y en cuanto el Madrid ha ganado unos cuantos partidos de pretemporada ya empezasteis a poner en duda a vuestro nuevo Dream Team. Eso sí, habéis ayudado mucho y aportado ideas a nuestro amigo Pep y sus secuaces, que no tenían otra cosa que decir que "es que no estábamos rodados...", mamá. ¿No os jactáis de ser el mejor equipo del mundo? Eso sí, siempre con modestia, Pep, de eso ya no nos cabe duda. Aunque cansa, te advierto.
Volviendo al tema periodístico... bien, es cierto que el madridismo es exigente pero, vosotros habéis hecho que sean impacientes. Muy impacientes. Habéis hecho que Mourinho se convierta en odioso para la gran mayoría cuando, si bien no deja de ser arrogante en numerosas ocasiones, no han dejado de serlo incontables entrenadores bien conocidos en todas las ligas futbolísticas. Pero tenéis a Mou entre ceja y ceja. Y a Cris. A todos.
En cambio, todo es muy distinto con Messi. Por poner un ejemplo eh, que nadie se me tire encima. Es un grandísimo jugador, no lo dudo. Es de los mejores del mundo, tampoco estoy en desacuerdo. Quizás pueda que hasta en ocasiones, haya sido el mejor, sí. Pero no nos pasemos. Y digo esto porque, ayer, ya me eché a reír. Resulta que ayer, que si bien es verdad que el Madrid tenía a unos fantásticos centrales que impedían que apenas Messi pudiera entrar en campo contrario, tampoco es que él hiciera mucho por conseguirlo. Que no estuvo especial, vaya. Mágico, como vosotros decís. Y aquí viene lo bueno, lo tronchante. Resulta que, tras un rechace, coge el baloncito (que por cierto, otra excusa de Pep fue que el balon parecía de playa, y yo digo, ¿Eso es lo que para al "Mejor equipo del mundo"?) y mete su gol. Su gol que lo podría haber metido cualquier jugador de 2ª regional, pero al fin y al cabo, un gol. Y entonces es cuando escucho "aquí hemos visto al hombre del partido". Vamos no me fastidies. Manda narices la cosa de estos mercenarios llamados periodistas.
En fin, esto es todo. Me he despachado bien, y aunque algunos no estén de acuerdo, aunque haya sido excesivamente dura... no me digáis que el resultado fue justo, por favor. Fue un Madrid excelente, cómplice, con posesión casi absoluta y con unos más que cuantos tiros a puerta. Falló la puntería, sí. Pero el Barcelona tuvo dos tiros a puerta en la primera parte y los dos fueron gol. No me digáis que estaba igualado y que fue justo. ¿Por qué lo fue? Porque ¿ganó la Champions? Este es otro partido, amigos. Y otra temporada. Menos mal que no sólo se juegan clásicos y que la justicia se ve por otro lado.
Un saludo a todos, y para aquellos que se hayan sentido heridos solo decirles que perdonen nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
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